El sábado pasado tuve la oportunidad de ver la película "Reto de Valientes". Una muy buena película, con un mensaje desafiante para nosotros los hombres, en nuestro papel como "padres" y "cabezas del hogar".
Doy gracias a Dios, que se estén realizando este tipo de películas, que están abriendo los ojos de muchos, a una realidad que durante mucho tiempo no se había querido aceptar a cabalidad entre los cristianos modernos, y esta es, la TREMENDA IMPORTANCIA que el padre tiene en el desarrollo espiritual, emocional y hasta físico de sus hijos.
Hoy en día, cada vez es mas escaso ver a padres compartiendo con sus hijos en los parques, en las reuniones escolares, y hasta en la intimidad de sus propias casas.
El tener que trabajar tanto para poder darles a nuestros hijos un nivel de vida adecuado, nos ha robado la oportunidad de verlos crecer, de escuchar sus inquietudes, hasta de reír y llorar con ellos etc etc.
Para los que somos cristianos evangélicos, en muchos casos, es el "bendito" ministerio o "servicio a Dios", el que nos aleja de nuestros hijos.
Creo firmemente, que los tiempos finales están cada vez más cerca !!! y El Señor está haciendo volver el corazón de los padres a los hijos, y de los hijos a los padres como lo establece su palabra en Malaquías.
Si como CABEZAS de hogar no ponemos nuestra barba en remojo, y recapacitamos a tiempo, serán "otros" los que incidirán e influirán en la vida de nuestros hijos, llámense amigos, compañeros de colegio, familiares, vecinos etc, y después nos estaremos lamentando, cuando veámos sus vidas sin rumbo, sin paz y sin el gozo de Dios.
Así que como dice el slogan de un candidato a diputado en nuestro país: SI NO CAMBIAMOS, NO NOS QUEJEMOS !!!!
Nuestras generaciones se merecen padres comprometidos con Dios más que con su trabajo. Se merecen padres comprometidos con su familia más que con los viejos amigos de parranda o de deporte. Se merecen padres "presentes" más que padres ocupados en el ministerio o en el servicio a Dios en la iglesia.
El sábado yo tuve que tomar una decisión trascendental. Y a partir de ese día he realizado cambios drásticos en mi tiempo y en mis prioridades. Después de Dios, mi esposa y mis hijos son lo más importante. Será de ellos, de quien primeramente me pedirán cuentas.
Seré un exitoso hombre de Dios, no cuando impacte la vida de muchos en una iglesia, o cuando impacte una multitud con un mensaje. Seré exitoso cuando mis hijos Nicole y Andrés lleguen a una edad adulta y se hayan convertido en una mujer y en un hombre de bien, con sólidos principios cristianos y sólidos valores morales, y ellos cuenten que eso se debe al trabajo, a la presencia y a la influencia que su padre tuvo en sus vidas.
Gracias Tia Yolan, por haberme regalado esa película. A todo aquel que no la haya visto y lea este post, lo invito a que la vea. Se que sin duda, Dios hablará a sus vidas.
Bendiciones a todos.