23 septiembre 2011

EL PERDÓN

El domingo en la igle hablè sobre un tema, del cual se les predica mucho a las ovejas, pero el cual, lastimosamente las ovejas poco ponen en pràctica.
Aqui les dejo algunas ideas, talvés le puedan servir a alguien que lea el blog.  Bendiciones.

EL PERDON: es definido en los diccionarios como: 
Acción y resultado por el cual una persona olvida la falta que ha cometido alguien contra ella o contra otros.
Perdonar:  consiste en NO tener en cuenta una deuda. Acción de liberar a una persona. Remisión de una ofensa.

El perdón humano tiene su origen en el perdón divino.
Es motivado por El Señor, a travès de su palabra y de la obra de su Espíritu Santo.


Cuando NO perdono:

Estoy pecando.
Estoy transgrediendo el gran mandamiento de amar a mi projimo como a mi mismo, y lo establecido en Levìtico 19:18

Le doy cabida al resentimiento y al rencor, que tienen como bases para existir: la venganza, el odio, la ira, y el anhelo porque el ofensor reciba un castigo.

Mi corazòn se ensucia, pierdo el gozo, mis huesos envejecen = enfermedad.  El Espíritu Santo puede apartarse de mì.

NO recibo lo que estoy pidiendo  ( Marcos 11: 20-26), y Dios NO puede perdonarme mis ofensas (Mateo
6:12)

En que consiste el PERDÓN?

En SOLTAR al que tengo ATADO con mi resentimiento. Al soltarlo me DESATO, NO importa el tiempo que haya pasado desde la ofensa (Mt 18:27)


RECORDAR sin DOLOR, sin amargura, sin enojo.  Es verdad, NO podemos BORRAR el pasado pero si podemos escoger QUE recordaremos y COMO lo recordaremos.

 Que gano al perdonar?

Soy movido a Misericordia  ( Lucas 6:36 ) ( Mateo 18:27)

Sano emocionalmente y fìsicamente

Mis pecados me son perdonados. ( Marcos 11:25-26)

Mis oraciones son contestadas, recibo bendiciones.
  
Como hago para perdonar?

 Reconocer que si hay una herida producto de la ofensa recibida.
 Declarar que cualquier ofensa recibida ha obrado para bien, y ha sido permitida por Dios con un   propósito.

Escoger el perdonar y no seguir albergando sentimientos negativos en mi corazón.

Pagar con bien al ofensor, el mal que nos pudo haber hecho.




Recomiendo leer:  Efesios 4: 30 -32  y Colosenses 3: 12 -14