Hace unos dias estaba platicando con mi hermano Gega y él me contaba acerca de un mensaje que El Señor le había dado leyendo la historia de Ruth y Noemi. Cuando él hablaba mencionó una frase que me dejó pensando: "Todo termina en el corazón". Aclaro, no hablábamos del organo del sistema sanguíneo y circulatorio localizado en nuestra cavidad torácica. Nos referíamos a esa área de nuestro ser en donde se asientan nuestras emociones, sentimientos etc. y confieso que desde esa conversación he pensando mucho en el bendito CORAZÓN.
El corazón es famosísimo : Le han escrito canciones románticas y hasta guapachosas ( Quien no ha oído "Corazón de Melón" ), aparece en el nombre de novelas como Corazón de Piedra o Corazón Salvaje por poner un ejemplo. También adorna el nombre de famosas películas como Corazón Valiente ( Braveheart ) de Mel Gibson ganadora de premios Oscar. Como no mencionar el 14 de Febrero, fecha en el cual el mundo es inundado por la figura del corazón y cúpido. Lo reitero : El dichoso corazón es FAMOSO !!!
Lo interesante es: que en la palabra de Dios, el corazón no es famoso, ni por salvaje, ni por valiente, ni por ser de de melón, sino por ser ENGAÑOSO Y PERVERSO MAS QUE TODAS LAS COSAS (Jeremías 17: 9).
Es impactante como este corazón engañoso y perverso nos habla, nos seduce, nos incita y nos convence a lastimar, a pagar con la misma moneda, a buscar venganza, a hacer lo que no agrada a Dios.
Entiendes ahora porque la palabra de Dios nos recalca tanto en que nos esforcemos por mantener un corazón limpio y sano. Ves ahora porque David le rogaba al Señor que le escudriñara el corazón y le permitiera mantenerlo puro y limpio; porque el Señor Jesús en el sermón de las Bienaventuranzas claramente dejó establecido que son aquellos de limpio corazón los que verán a Dios ( Mateo 5),
Considero que el mayor enemigo que una persona enfrenta en su vida no es el diablo, es su propio corazón. Es en este perverso y engañoso corazón donde residen nuestros malos pensamientos, rencores, rencillas, envidias, ira, egoísmos, odio, deseos de venganza, resentimientos, soberbia, manipulaciones, mentiras, amarguras, deseos pecaminosos etc. Es en el corazón donde nacen los adulterios, los homicidios, las venganzas, los pleitos, etc. Reitero; por eso Jesús nos hizo tanto hincapie, en que es de la abundancia del corazón de lo que habla nuestra boca, y que nuestro corazón puede constituirse en un buen o mal tesoro, yo decido !!!
El problema del cristiano es: que se ha vuelto extremadamente benevolente con su Corazón. El mejor examen que podemos hacerle a diario a nuestro corazón es comparar lo que hay en el mismo con lo que dice la palabra de Dios, pero tratando de ser lo mas honestos posible con nosotros mismos y sobretodo con Dios. Delante de ÉL no podemos venir con máscaras y con disfraces, porque ÉL conoce hasta lo que pensamos antes de decirlo, pero aún así creemos que podemos engañar a Dios.
Lastimosamente en esta era post-moderna, el ser humano se ha dedicado mas a cultivar su cuerpo y su mente que el corazón. Antagónicamente a Dios no le impresionas con tus títulos, con tus doctorados, ni con tu figura física, a él lo cautivas con un corazón limpio, contrito, humillado, sano, que busca irse transformando para ser mejor. No tengo nada en contra del ejercicio físico y la superación académica, para nada, es mas creo que son de mucho beneficio, perooooo!!! nunca serán mas importantes que nuestro corazón. Es así como vemos hombres y mujeres que saturan los gimnasios desde el amanecer hasta el anochecer, buscando tener el cuerpo perfecto para encajar en una sociedad que lo exige. Vemos a profesionales que terminan sus carreras universitarias y que continuan después con un diplomado, luego una maestría, luego un doctorado y asi siguen y siguen. Repito, no tengo nada en contra del estudio. Lo triste es ver que muchos de estos grandes intelectuales y profesionales por dedicarle mas tiempo a su mente, acaban con familias desintegradas, o divorciados, a veces luchando contra la drogadicción o el alcoholismo, o la homosexualidad. Vemos a mujeres exitosas, con grandes puestos gerenciales, pero llenas de amargura, infelices, o llenas de resentimientos, en relaciones adulteras porque no encuentran el amor en su esposo, porque este está muy ocupado sacando su ultima maestría. Familias con hijos rebeldes y desobedientes, que deshonran a Dios y a sus padres, sumidos en drogas, en alcoholismo, en promiscuidad sexual que terminan con matrimonios forzados por un embarazo no deseado o recluidos en centros de rehabilitación.
Adonde puede comenzar todo lo anterior: en el descuido que cada uno haga de su propio corazón. Es tiempo de que el hombre se vuelva a Dios y todos empecemos a preocuparnos mas por permitir que la palabra de Dios transforme nuestros corazones. Al final, Dios no me preguntará cuantos titulos obtuve, cuantas carreras cursé, o cuantas libras levanté de peso en el gimnasio, o cuantas horas realizaba de cardiovasculares, o que rutina de ejercicios me dio mejor resultado, o que dieta me resultó mas efectiva. ÉL me preguntará que hice con mi corazón, si me esforcé por mantenerlo limpio y sano, ÉL me preguntará a cuantos les hice el bien cuando ellos me habían hecho el mal, a cuantos perdoné cuando me habían ofendido, a cuantos amé a pesar de que ellos no me amaban, a cuantos ayudé a pesar de que ellos no me ayudaban, cuantas veces aplaqué la ira de mi esposa o de mi jefe con una blanda respuesta, cuantas veces vencí el egoísmo y compartí con el necesitado, cuantas veces amé a mi prójimo como a mí mismo.
Respóndete ahora , ¿ Como está tu corazón?